¿Cómo y dónde dormir a un bebé?
Consejos prácticos para padres ocupados
La llegada de un pequeño es un momento emocionante. Sin embargo, dormir a un bebé que solo quiere en brazos puede ser un verdadero desafío. Pues ni bien lograste que cerrara sus ojitos, lo colocas en su cuna y otra vez se despierta. Porque verás, encontrar la manera de hacer que tu hijo duerma de forma adecuada requiere que conozcas cómo y dónde dormirlo. En este artículo, exploraremos consejos prácticos para ayudar a padres ocupados como tú a establecer hábitos de sueño saludables desde el principio. Comenzando con la elección de la cuna hasta la creación de una rutina de sueño, te proporcionaremos las herramientas que necesitas para garantizar un sueño seguro y saludable para tu bebé.
¿En dónde se debe dormir a un bebé?
Cuando tenemos semejante tesoro, hay tantas cosas en las que pensar y tantas decisiones importantes que tomar. Una de ellas es dónde dormirá. La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que evites dormir en la misma superficie que tu pequeño. Por otra parte, aconseja que compartan la habitación al menos en sus primeros seis meses de vida.
La elección del lugar adecuado para dormir, sobre todo en el primer año de vida, puede ayudar a evitar el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Este es un trastorno poco frecuente, pero que consiste en la muerte repentina del bebé mientras duerme.
Existen varios factores a considerar al elegir un espacio adecuado dónde dormir a un bebé. Puesto que, debes cerciorarte de que ese espacio sea seguro, cómodo y tranquilo. Estas tres características pueden hacer la diferencia entre un chiquito que se resiste a dormir y un pequeño que descansa toda la noche. Para lograrlo revisa las recomendaciones que te ofrezco a continuación
¿Cómo elegir la cuna adecuada para tu bebé?
Para elegir una cuna adecuada para dormir a un bebé debes priorizar dos elementos, seguridad y comodidad. Aquí te comparto algunos consejos a tener en cuenta:
1. Tamaño y seguridad de la cuna
La cuna debe ser lo suficientemente grande para que el bebé pueda moverse con comodidad. No obstante, debes evitar que sea tan grande que el pequeño no pueda experimentar la sensación de sentirse arropado y protegido. Todo este análisis debes realizarlo considerando el espacio de que dispones para colocar su cuna.
Por otra parte, la cuna debe tener una superficie firme y plana. Cualquier espacio para dormir a tu bebé con una inclinación de más de 10 grados no es seguro. Además, la cuna debe tener barras laterales firmes. Estas no deben estar a más de 2 3/8 pulgadas (6 centímetros) de distancia.
2. ¿Qué colchón se recomienda utilizar para dormir a tu bebé?
Lo más importante a la hora de seleccionar un colchón es que este tenga una composición firme, es decir, que no se hunda con el peso del pequeño. Otro elemento relevante es que el colchón esté diseñado específicamente para la cuna que seleccionen, sin espacios a los lados. Cualquier espacio adicional entre el colchón y el armazón de la cuna tiene el potencial de atrapar accidentalmente a tu bebé.
Además, asegúrate de que las sábanas ajustables estén lo suficientemente apretadas como para que no se deslicen fácilmente, lo que supondría un grave peligro para la seguridad. Por otra parte, te recomiendo que no optes por un colchón antireflujo, pues estos tienen ángulos de inclinación superiores a 10 grados, lo que, como te explicaba antes, no es seguro.
3. Materiales y acabados seguros
Los materiales y acabados de una cuna para bebés son sumamente importantes. En tal sentido, la superficie de la cuna debe estar revestida con un material suave para no provocar lesiones al bebé. Además, no debe haber nada más en la cuna con tu bebé, debes evitar:
- el tejido en exceso,
- las almohadillas,
- los adornos colgantes y vibrantes,
- cobijas,
- peluches,
- almohadas,
- bumpers
Todos estos elementos pueden resultar en accidentes por asfixia, atragantamiento o en el mejor de los casos una distracción que evita que se duerma más rápido.
Los materiales más recomendados para las cunas son: la madera, la lana, el algodón orgánico, entre otros. También debes revisar que todos los remaches estén bien ajustados para evitar que el bebé se enrede o se enganche.
4. Comodidad y conveniencia para los padres
Cuidar de tu pequeño seguro es una de las cosas que más disfrutas durante tu día. Sin embargo, el escenario se complica cuando debes atenderlo, trabajar, hacer las tareas del hogar, etc. Es por ello que, cuando selecciones la cuna adecuada, debes pensar en tu bebé en primer lugar, pero sin olvidarte de ti.
Por consiguiente, cuando tomes esta decisión revisa si te conviene:
- que sea plegable para guardarla y transportarla.
- con un espacio extra para almacenar las mantas, los juguetes y la ropa
Hasta aquí estás lista para elegir el lugar perfecto para que descanse tu bendición. Lo próximo que corresponde es prepararle el mejor entorno de sueño.
Consejos para crear un ambiente adecuado para el sueño de tu bebé
Un ambiente adecuado para el sueño de tu bebé se resume en un entorno con la iluminación, temperatura y silencio necesarios para dormir. A ello se suma que este espacio debe ser agradable y sin distracciones innecesarias.
Cada uno de los elementos anteriores son comprensibles, pero un tanto generales. No obstante, si quieres obtener tu propia lista de chequeo para crear un ambiente de sueño ideal, sigue leyendo:
1. Temperatura adecuada
La habitación de tu pequeño debe mantenerse fresca. Esto implica una temperatura entre los 20 °C y los 22 °C (aproximadamente: 68 y 72 grados Fahrenheit). No obstante, este es un parámetro que debes regular en caso de que la madrugada se vuelva más fría de lo planificado.
Si no tienes cómo mantener controlada con precisión la temperatura, guíate por estos tips para mantener a tu chiquito fresco:
- Si te preocupa que pase frío, puedes vestirlo con una capa adicional de ropa a la que tú necesitas para sentirte cómoda en ese momento.
- No lo dejes pasar calor. Algunos signos de calor excesivo son: sudoración, el tórax caliente o la piel ruborizada. En caso de que estos se presenten, debes tomar medidas para refrescarlo enseguida.
- No le coloques ningún tipo de gorro mientras duerme.
2. Luz y ruido apropiados
Debes prestar mucha atención a la intensidad de la iluminación y los niveles de ruido en la habitación donde duerme tu bebé. Las luces muy brillantes y los ruidos fuertes no solo pueden interrumpir su sueño, sino que también pueden causarle estrés.
Un factor inhibidor de la producción de melatonina, hormona que regula los ciclos de sueño-vigilia, es la iluminación intensa. Por tanto, si quieres ayudarlo a que concilie el sueño más rápido, debes evitar exponerlo a luces intensas antes de acostarlo. Debes prestar especial atención a las luces de dispositivos como teléfonos, tablets, etc. En su lugar, comienza su ritual de sueño con una luz tenue. Luego, cuando se duerma, mantén la habitación lo más oscura posible.
Por otra parte, también están los ruidos. Hay sonidos ambientales que no distraen o perturban a tu hijo. Sin embargo, en ocasiones la música del vecino, el juego de su hermano, o una calle ruidosa no lo ayudan a descansar. En ese caso, puedes usar, al inicio de la noche o cuando los sonidos son más intensos, el ruido blanco. No obstante, no debes emplearlo toda la noche, ya que, el oído necesita regenerarse en silencio. En todas las ocasiones mantén un volumen que no supere los 50 decibeles. Luego, cuando tu pequeño se duerma lo puedes apagar.
3. Colores y decoración relajantes
Los colores y la decoración de la habitación también influyen en el sueño del bebé. Por ello debes utilizar:
- una decoración sencilla y sin demasiados adornos en la pared para crear un ambiente tranquilo.
- colores suaves en tonos pasteles o nude, que no le cansarán los ojos, ni distraerán su atención
- diseños simples, pueden ayudar a crear un ambiente relajante para tu bebé
¿Cómo dormir a un bebé que se resiste a descansar en su cuna?
Cuando tienes un bebé que no se duerme solo, y que siempre reclama tus brazos o el pecho, tienes que indagar en los factores que afectan su sueño. Muchas veces es una buena idea comenzar revisando sus horarios y rutinas. Luego, puedes aplicar algunas de las estrategias que aquí te compartimos para lograr que se duerma en su cama sin tu intervención.
Todo lo anterior es fundamental para ayudarlo a que no rechace su cuna, se duerma con rapidez y mantenga un patrón regular de sueño.
Para que logres lo anterior lo más rápido posible, te comparto algunas recomendaciones:
1. Establece horarios regulares de sueño
Cuando estableces horarios regulares de sueño para tu chiquito, estimulas su reloj interno y mantiene un ciclo regular de vigilia y descanso. Al mismo tiempo, evitas recurrir a medicamentos innecesarios.
Durante la noche:
- intenta alimentarlo alrededor de las mismas horas antes de que muestres señales tardías de sueño.
- luego realiza un ritual de sueño que lo relaje.
- acuéstalo siempre en un horario similar.
Durante el día:
- despiértalo siempre a una hora similar o permítele dormir hasta 30 minutos más, durante la semana, pero también los fines de semana.
- sigue los mismos horarios de siestas.
- intenta que no duerma pasadas las 16:30 h.
2. Crea una rutina relajante antes de dormir
Puede tornarse muy difícil establecer horarios exitosos si antes no creamos una rutina que lo prepare para el descanso. Esta rutina debería consistir en algo que ayude al bebé a relajarse y despejarse antes de la hora de dormir. Además, debería priorizar hacer una transición suave de los juegos que tanto le gustan, al tiempo de permanecer menos activo.
Esta rutina debe contener pocas actividades, mientras más aburridas mejor, pero siempre que sean del agrado de tu chiquito. Algunos ejemplos son: ponerse el pijama, cepillarse los dientes, acostar a los juguetes, leer un cuento o cantar una canción.
Un truco que a muchos padres les funciona de maravilla es iniciar la rutina con un baño relajante. Esto es especial para niños muy activos, ya que les ayuda a desconectar de los estímulos externos.
3. Practica el sueño autónomo
Quizás has escuchado más de una vez hablar del sueño autónomo, aunque no siempre se maneja este término de forma correcta. El sueño autónomo no es salirte de la habitación y dejarlo solo llorando hasta que aprenda. No se trata de evitar el contacto físico, romper los lazos afectivos o del fin de la lactancia materna.
Ayudarlo a descansar de forma independiente implica que tu bebé es capaz de dormirse sin requerir 100% de ti. Para ello deberás estar más atenta que nunca a sus necesidades. Después de un tiempo verás cómo puede regresar a dormir por sí mismo cuando se despierta en la madrugada.
Seguro has llegado a la misma conclusión que yo. El sueño autónomo es lo mejor que le puedes enseñar a un bebé que solo duerme en brazos.
Si no sabes cómo empezar a practicarlo, sigue estos sencillos pasos:
- Acuéstalo cada noche en el mismo lugar y a la misma hora. Es fundamental que relacione un espacio y un momento con la acción de dormir.
- Haz una rutina como la de la sección anterior antes de dormir.
- Acuéstalo despierto. Esto no se logra de un día para otro. Para ello, sé constante y reduce de forma progresiva tus niveles de ayuda.
Muchas madres me preguntan cuándo pueden comenzar a practicar el sueño autónomo. Mi respuesta siempre es la misma: cuanto antes. Aunque en este sentido debes ajustar expectativas y realidad. Lo cierto es que, por lo general, hasta alrededor de los 4 meses, tu pequeño no tendrá ciclos de sueño más regulares. Luego, sobre los 6 meses, estará listo para dormir más horas de corrido durante la noche.
Consejos finales para padres ocupados
Para poder mantener en equilibrio cada aspecto de tu vida, necesitas controlar su sueño. ¡Y no exagero! Por ello te dejo estos últimos consejos salvavidas:
1. Simplifica la hora de dormir:
Para ello necesitas una rutina previa al momento de acostarlo. Esta influye enormemente en su capacidad para relajarse y acostarse más rápido. Está probado que una de las formas más eficientes para lograr que el bebé duerma sin oponerse, es tener una rutina de sueño corta, eficiente y fácil de seguir.
2. Establece límites:
Dejar claro desde temprano cuando es hora de jugar y cuando es tiempo de dormir, debe ser la primera prioridad para los padres que deseen simplificar la hora de acostar a su bebé.
3. Planifica con anticipación para evitar interrupciones:
Esto significa tener un plan a seguir para minimizar los problemas que suelen afectar al horario de sueño de los niños e insertarlo como un hábito en la vida de su bebé. En este sentido, es bueno que le comuniques a los demás miembros de la familia sobre el horario de sueño del bebé y trabaja con ellos para respetar estas horas.
De esta manera, los objetos usados para su sueño estarán cerca del bebé cuando llegue el momento de dormir. También podrás encontrar colaboración para limitar la interrupción de los sonidos y las luces dentro de la casa.
Reflexión Final
La elección del lugar adecuado, la creación de un ambiente propicio, el establecimiento de rutinas efectivas y el sueño autónomo pueden ayudar a mejorar la forma de dormir de un bebé. Si estás en la larga lista de padres ocupados que priorizan el sueño de sus pequeños, pon en práctica hoy todo lo que acabas de aprender. Con mucha paciencia muy pronto disfrutarás de los resultados.